Esta playa se sitúa en la capital, Las Palmas de Gran Canaria, protegida por un arrecife, en la mayor parte, hace que podamos bañarnos en ella sin problemas, no obstante siempre hay que estar pendiente de las banderas y de la presencia o no de aguavivas. Es una playa con multitud de servicios y posibilidades de ocio, y que ha mejorado en accesibilidad en el último año. Como puntos negativos, la pequeña zona reservada de aparcamientos para minusválidos y solo tenían un anfibio y era bastante incómodo hasta este año( han incorporado otro con mejores prestaciones). Destaca que tanto la zona de paseo como las calles cercanas son 100% accesibles, así como las rampas para llegar a la arena.
Tiene dos Balnearios,siendo el trato de sus empleadas perfecto, tienen baños adaptados y con servicio gratuito de taquillas, el año pasado la ducha no tenía asiento, y tiene dos zonas de pmr(personas con movilidad reducida), uno enfrente del Hotel Cristina, y el principal con anfibio, a pocos metros del Hotel Reina Isabel.
La zona de pmr está muy bien diseñada, con ducha especial, tarima y toldo renovado, cuando estamos allí, se acercaron las socorristas Sonia y Dácil, resaltando sus ganas de ayudarme y de que disfrutemos de la playa, y sacan el nuevo anfibio, la transferencia es sencilla, ayudándonos tanto en la bajada y subida, siendo esta más costosa, se prestaron más socorristas y amigos a ayudar.
Durante hora y media, disfrutamos de un buen entreno de natación, regreso feliz a casa, al ver como la playa en la que aprendí a nadar de pequeño, y volví a nadar hace algo más de un año, es accesible gracias al buen trabajo de la Cruz Roja, y al buen hacer del Ayuntamiento en materia de accesibilidad.